Lunes 11 de Abril de 2022

Llevando la educación más allá de las fronteras

María Elisa Pooley, alumna de la carrera de Pedagogía Básica, estuvo tres meses en Tanzania impartiendo talleres y haciendo clases de inglés en un colegio de Arusha, ciudad al norte de aquel país.

Por medio de la fundación IVHQ (International Volunteer Head Quarters), María Elisa Pooley, alumna de la Facultad de Educación, fue parte del programa de TEACHING, en Arusha, ciudad al norte de Tanzania. Sobre esta experiencia cuenta que, “fue realmente satisfactoria, se me hace difícil describirla porque viví y aprendí muchísimo. Fueron 3 meses donde me inserté en una cultura totalmente distinta a la nuestra y en un nivel de pobreza inimaginable. Arusha, es una ciudad muy grande, con mucha población, pero tiene de todo; supermercado, ferias, calles, semáforos, colegios, universidades, tiendas de todo tipo, entro otros, pero a la vez la gente vive con muy poco, solo tienen para comer, básicamente”.

Esta experiencia comenzó a mediados de diciembre de 2021, momento en el que los estudiantes estaban en vacaciones de verano. “Durante tres semanas iban algunos niños al colegio a talleres de verano. Jugábamos, enseñaba inglés y matemáticas. El lunes 18 de enero partieron las clases y ahí me asignaron un segundo básico para enseñar inglés. El colegio se llamaba “Socrates Pre and Primary Schooly cuenta con 9 niveles. El colegio quedaba a una hora y media de mi casa y me iba en micro. Por lo mismo salía de mi casa a las 8.30 y llegaba al colegio entre 9.30 y 10 y a la vuelta salía a las 12.30 y llegaba a la casa un poco antes de las 2pm para almorzar”, comenta.

María Elisa relata que desde temprano “se ven los niños caminando solos (niños de 3 años en adelante) para ir al colegio, cargando libros, vestidos impecables con sus chalecos, gorros y botitas de colores para la lluvia. Y si uno se queda viéndolos, van con una sonrisa de oreja a oreja, les encanta ir al colegio y son sumamente agradecidos de la educación que reciben y muy respetuosos con sus profesores”.

Para la alumna de la carrera de Educación de Párvulos, la educación “puede darse siempre, cuando estén las ganas y la motivación del profesor y de los alumnos. A pesar de que contaban con pocas cosas -los niños de Tanzania-, estos aprendían mucho; matemáticas, inglés, ciencias naturales, educación física y salud, lectura, entre otros. Avanzan rápido y les gusta educarse. Por lo mismo aprendí que la enseñanza no debe limitarse si es que no hay recursos, siempre se puede lograr salir a flote, hacer actividades entretenidas”.

El programa del que fue parte también hizo a María Elisa le dio la oportunidad de conocer a distintos profesores locales al norte de África. “Siempre estuvieron allí para apoyarme, me daban toda la libertad de hacer lo que estimara conveniente, me sentí bienvenida en el colegio desde el día uno y siempre estuvieron dispuestos a escucharme y ayudarme cuando no podía enseñar algo”, enfatiza.

“La gente del lugar es infinitamente feliz y agradecida. Viven en circunstancias súper duras y se enfrentan a muchos obstáculos día a día, pero ellos logran ver la vida de una manera distinta y alegre. No se complican con nada, no se estresan por nada y eso convierte a Arusha o a Tanzania e incluso a la cultura africana en una de las más humanas que he conocido”, finaliza.