Miércoles 18 de Noviembre de 2020

Vegetarianismo en embarazadas y niños: qué dice la evidencia científica

Seminario realizado por la Escuela de Nutrición y Dietética abordó esta temática tan frecuentemente consultada.

Durante el último tiempo el vegetarianismo ha tenido gran adherencia en la población. Esta tendencia que es consultada con frecuencia a médicos y nutricionistas en las consultas, tiene características que es necesario analizar caso a caso, especialmente en situaciones como embarazo y niñez. Por este motivo, en el marco del seminario “Vegetarianismo en distintas etapas de la vida”, las académicas de la Escuela de Nutrición y Dietética, Carolina Pye y Carolina Estay, hicieron una revisión de la evidencia científica que existe para presentar una puesta al día de la aplicabilidad  de este estilo de alimentación en estas etapas de la vida. La actividad online que contó con más de 100 asistentes fue moderada por la directora de la Escuela, Dra. Eliana Reyes.

Carolina Pye explicó que la dieta vegetariana en una mujer embarazada puede ser positiva siempre y cuando esté supervisada al máximo por un especialista. La académica señaló que entre los beneficios se pueden mencionar que contribuye a disminuir la presión arterial y el riesgo de preeclampsia o eclampsia; comer tres porciones de fruta/verdura al día disminuye la presión arterial en el embarazo; se lleva un mejor control del peso en comparación a una dieta omnívora; al aumentar el consumo de fibra en 10g al día se reduce en un 26% el riesgo de diabetes gestacional; y se asocia a una menor mortalidad y depresión post parto.

En cuanto al impacto en el desarrollo fetal, Carolina Pye comentó que hay resultados controversiales y se requieren más estudios científicos al respecto. Algunas investigaciones asocian este tipo de alimentación a bajo peso y talla de nacimiento, desarrollo de hipospadias (mal formación de vía urinaria en niños) más frecuente en hijos de mujeres vegetarianas con mayor consumo de fitoestrógenos.

A modo de conclusión, la especialista indicó que el vegetarianismo puede asociarse a beneficios para la madre y el hijo, pero al mismo tiempo también puede relacionarse a un déficit de micronutrientes, por lo que debe ser guiada rigurosamente por un nutricionista. Dada las características de la dieta y este riesgo de déficit de micronutrientes, las sociedades científicas recomiendan suplementación de DHA, hierro, calcio, vitamina B12 y D. Finalmente, aconsejó asesorarse siempre por especialistas y dejar de lado la información de redes sociales que no son oficiales.

En cuanto a las dietas vegetarianas y veganas en niños, la nutricionista Carolina Estay señaló que éstas son cada vez más populares en los países occidentales y, por lo tanto, se ha visto un incremento de pacientes pediátricos (adolescentes) que las adoptan por iniciativa propia o bien porque algún miembro de la familia es vegetariano. Ante esto, la especialista comentó que surge la preocupación de los padres para saber si van a crecer bien, si está equilibrada o no.

“Los vegetarianos tienen hábitos saludables y por eso se motivan a realizarla, otros por motivos religiosos, otros por disponibilidad alimentaria, y otros por razones de protección animal o del medio ambiente”, indicó y agregó que en la medida que sean bien planificadas, las dietas vegetarianas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital. “Así lo afirma la Academia Americana de Nutrición en 2003, el Sistema de Salud Británico en 2009 y las Asociaciones de Dietética de Canadá, Australia, Reino Unido y países nórdicos también en 2009”, agregó Carolina Estay.

Respecto a la ingesta de alimentos, los niños y adolescentes vegetarianos consumen con menor frecuencia bebidas azucaradas, alimentos procesados, proteínas y grasas saturadas, y tienden a consumir más frutas, verduras, legumbres, fibra, vitaminas, ácido fólico, entre otros.

Dado lo anterior, la académica recalcó que es importante hacer una evaluación de los alimentos que se comen y dejan de comer semanalmente o mensualmente, con el fin de orientar posibles deficiencias, evaluar suplementos específicos, y cubrir necesidades de micro o macronutrientes para lograr un crecimiento y desarrollo normal de los niños.