Miércoles 25 de Marzo de 2020

Adaptabilidad, flexibilidad y paciencia: claves para mantener una sana comunicación en cuarentena

La sobreexposición mediática frente la pandemia causada por el COVID-19 nos mantiene permanentemente actualizados -y sobre informados- en cuanto a lo que está pasando en el mundo. En este contexto, ¿Qué pasa con la comunicación de la familia durante la cuarentena?

La comunicación es fundamental en momentos de crisis, porque lo primero que hace es ordenar los mensajes que recibimos, que en tiempos de incertidumbre son muchos, variados y llenos de carga emocional negativa. “Hablar sobre un tema importante es fundamental para poder ‘vaciar’ lo que nos está pasando, lo que estamos sintiendo y procesarlo en palabras”, explica Carmina Gillmore, experta en comunicación y académica del Instituto de Ciencias de la Familia (ICF) de la UANDES.

La especialista hace hincapié en que conversar ayuda a comprender mejor lo que se escucha o lee y de esta manera, “acomodar la información a mi propio sistema de vida, valores, creencias y expectativas”, enfatiza. También es importante reflexionar sobre lo realizado, lo que se hará y lo que realmente se puede hacer.

“Somos seres sociales y frente a una crisis de esta magnitud, desconocida y todavía sin solución científica, lo primero que aparece es la necesidad de conversar con otros de lo que nos pasa”, cuenta Carmina. De esta manera, agrega, es un gran alivio saber y darse cuenta de que no es el único que se siente igual. Esto, dice la experta, ayuda a disminuir la ansiedad para enfrentar los futuros escenarios con más calma y tomar mejores decisiones.

Cada familia está pasando actualmente por un escenario desconocido: los padres están trabajando desde la casa; los hijos estudian vía online y las conversaciones con el “mundo exterior” se están realizando de manera virtual. “Esto significa que debemos tener adaptabilidad. El campo de acción se reduce a la casa y a los integrantes que viven en ella. La flexibilidad es el recurso que más desarrollaremos durante este período. También estamos trabajando la paciencia para poder tener una convivencia lo más grata posible”, detalla la académica del ICF.

Para la experta en comunicación, los padres deben tener claro que son un equipo y deben acordar qué van a hacer en este tiempo de cuarentena: establecer prioridades, rutinas y mensajes que quieren entregar. Además, agrega, se debe transmitir el mensaje en bloque a los hijos, lo que les dará seguridad y confianza, ya que no manejan toda la información, escuchan mensajes parcelados y sin el conocimiento de un adulto.

Carmina destaca que es importante que se organice la rutina de la familia a través de conversaciones en que participen todos, en la que cada uno plantee sus necesidades, se sientan representados y lleguen a acuerdos. Esto es lo que realmente hará que se pueda llevar a la acción lo que se ha acordado en palabras. Además, estos acuerdos deben ser realistas en relación con el escenario: no se puede pedir imposibles, ya que si no se cumplen, inevitablemente habrá discusiones y peleas. En este escenario, los acuerdos son fundamentales”, concluye.

Tips para mantener una buena comunicación en cuarentena:

  • Dosificar la información a niños y adultos mayores: a estos dos grupos les causa -de forma especial- ansiedad y angustia el exceso informativo. La recomendación para este grupo es mantener la calma.
  • Sentarse a conversar todos juntos a una hora del día: es importante unificar y aclarar los mensajes, conversarlos entre padres e hijos y despejar dudas.
  • Escuchar lo que cada uno tiene que decir: no importa la edad ni cómo se diga la opinión. Hay que preguntar: ¿Dónde escuchaste eso? ¿Qué piensas? Y desde la acogida personal de la opinión construir una respuesta.
  • Llegar a acuerdos frente a la convivencia en cuarentena: acordar rutinas, horas de dormir, levantarse, comer, trabajar y descansar. No estamos en vacaciones y hay que ordenar la rutina en función de las necesidades de cada uno, sin alterar las necesidades del otro.
  • Acoger las emociones: sentir angustia frente a la incertidumbre y reorganización familiar es normal. Las “explosiones” emocionales surgirán a menudo al comienzo de la adaptación a la cuarentena. Cuando aparezca la rabia, la pena o el llanto, es importante parar y acoger ese sentimiento. Preguntar: ¿Qué sientes? ayuda a continuar en tiempos de crisis.
  • Fortalecer las capacidades individuales: es el momento para ordenar ciertas tareas y aprovechar los talentos de cada uno. El que es bueno para cocinar, puede ser el encargado de los postres; el creativo, para los juegos de sobremesa nocturnos; el planificado, para hacer el calendario de las tareas del hogar, etc. Esto ayudará, además, a que todos nos concentremos en lo bueno de cada uno, conocernos más y acercarnos a nuestra familia.