Viernes 1 de Julio de 2022

“Es increíble ver el campus después de 30 años con los distintos edificios, jardines y lleno de alumnos”

Jane Gibson deja la UANDES luego de años de participación en la formación de la Escuela de Administración de Servicios y la Dirección de Apoyo Académico.

Jane Gibson se integró a la Universidad de los Andes en 1993 como directora de estudios de la Escuela de Administración de Servicios (ADS), cargo que ejerció por 17 años, posteriormente asumió como adjunta de Rectoría en la entonces Dirección de Estudios de la Universidad, para dedicarse de forma especial a la Dirección de Asesoramiento Académico, que hoy se ha consolidado como Dirección de Apoyo Académico, desde donde se han impulsado diversos programas, manteniéndose siempre ligada a la Escuela de ADS como consejera.

Hoy tras años de dedicación y servicio a la formación de los alumnos de la UANDES, emprende el desafío de desarrollar el área de Vinculación con el Medio en el Policlínico El Salto, en la comuna de Recoleta, uno de los más antiguos campos clínicos de la Universidad.

Para Jane este tiempo pasó muy rápido. “Es increíble haber conocido las sedes de Ejército, Bustamante, la de Vicuña Mackenna, donde primero trabajé el año ’93, para luego venirnos al Edificio de Humanidades a medio construir, y ver después de 30 años el campus con los distintos edificios, jardines, y llenos de alumnos”.

Desde los inicios

Agrega que se siente privilegiada de haber podido poner un grano de arena en este proyecto inspirado en el espíritu del Opus Dei, que tiene vocación de trascendencia. “He conocido a personas extraordinarias que han trabajado en cargos directivos, o en los servicios básicos de la Universidad, todos con la actitud de servicio que nos debe caracterizar”, señala.

Jane trabajó en los inicios de ADS, particularmente con la primera directora de la carrera, Catalina Ureta. Con ella fueron a colegios a explicar la carrera y tratar de conseguir alumnos, organizaron desayunos con empresarios para darla a conocer y conseguir lugares de práctica, planificaron actividades de extensión, como seminarios o conferencias relacionadas con la gestión de servicios. A la vez, Jane daba clases, hacía asesoramiento universitario y se dedicaba al trabajo administrativo propio de los directores de estudios. “Nuestros profesionales se han caracterizado por transmitir en sus lugares de trabajo un sello de servicio propio de la Universidad y de la carrera. Pienso que todos quienes hemos trabajado en esta unidad académica hemos sentido esa responsabilidad”, dice.

La académica participó hasta hace poco en el consejo de ADS. “Para mí pertenecer al consejo significó sacar adelante este proyecto con personas muy valiosas como Catalina Ureta, Carmen Luz Valenzuela, María Isabel Jottar, Paula Ramoneda y Verónica Schröder. Con ellas, como en todo trabajo, compartimos muchas alegrías y tuvimos que sortear algunas dificultades, pero siempre muy unidas. Aunque no pertenece al consejo, Claudia Carbonell, nuestra coordinadora académica, siempre fue un gran apoyo para nosotras”, menciona.

En cuanto a su relación con los diferentes alumni, comenta que con las primeras generaciones fue con las que más se relacionó. “Eran pocas alumnas, muy amigas entre ellas y cercanas a la Escuela. Hasta viajamos a Mendoza a participar en algunos seminarios relacionados con servicios y con algunas fui a trabajos de invierno y verano”, señala.

Jane sigue en contacto con muchas de estas alumni que actualmente trabajan en la Universidad y se topan de vez en cuando, menciona que “hay muchas que me escriben contándome de su vida, de sus niños y también algunas de ellas me han invitado a un cafecito por ahí”.

El estudiante al centro

La directora de la Dirección de Apoyo Académico cuenta que desde esta dirección siguió trabajando en base al sello UANDES. “La mayoría de los programas que se ofrecen constituyen un servicio personalizado enfocado directamente a las necesidades académicas de los alumnos. Destaco en este sentido el trabajo de los asesores universitarios, las psicólogas educativas, los instructores pares y los tutores del Centro de Escritura. También, los talleres de la Escuela de Ayudantes tienen la trascendencia de sembrar la inquietud en los alumnos por la vocación académica. Todo esto es un reflejo del sello de la UANDES: el estudiante en el centro de nuestro modelo educativo y la atención personalizada hacia ellos“, indica.

Respecto a su vocación de servicio en el área educacional. “Creo que se ha desarrollado a través de dos vertientes: la primera, impulsando los programas propios de mi dirección que tienen este sentido y, por otra parte, he tratado dentro de mis limitaciones no dejar el asesoramiento universitario y recibir a todas las personas que requieren de mi atención”.

Finalmente, refiriéndose a sus mayores logros profesionales en estos años, comenta que se deben a que en la Universidad ha conocido a personas muy valiosas. “Ellos me ha permitido trabajar en equipo y sacar adelante proyectos de importancia”.