Viernes 2 de Junio de 2023

Palabra de Robot

Columna de la profesora Cecilia Claro.

Para escribir esta columna, podría haber usado el chat GPT y haber escrito un prompt acerca de la confluencia de los conceptos de Inteligencia artificial en la comunicación corporativa. Ganas no faltaron de apretar el botón, ya que al parecer todo estaría resuelto en breves minutos, pero quizás es mejor ir a lo “analógico” y tratar de comentar algunas ideas.

La comunicación corporativa y también el marketing se encuentran en un momento de inflexión en que la tecnología produce una disrupción muy grande. Conocer al público y entregarle contenidos de forma más específica es cada vez más simple, pero a la vez más desafiante ya que en este mundo de infinitud de información hacer una comunicación efectiva y de carácter bidireccional es complejo. La Inteligencia artificial posibilita descubrir, presentar, agregar, monetizar y clasificar las historias, detectar temas, personalizar o agregar y visualizar contenidos, acceder a más datos, analizarlos, obtener tendencias, automatizar acciones, conocer mejor a las audiencias u optimizar la distribución de contenido (Marconi, 2020; Neuman, 2021).

En el ejercicio diario de la comunicación de las organizaciones la inteligencia artificial redefine formas de contacto con los públicos, optimiza mensajes, se tienen datos acerca del mejor manejo de los bots y también la información que se obtenga de las redes sociales puede trabajarse con mayor detalle.

Sin embargo, el desafío frente a este tsunami de información consiste en manejar una inmensidad y variedad de datos tomando decisiones adecuadas para la estrategia de la organización. Algunos temas que es bueno considerar: en primer lugar analizar el dato, permite anticiparse y prevenir posibles crisis, muchas veces recién en gestación, es decir, tenemos más información que nos ayuda a trabajar frente a potenciales conflictos.

Por otra parte, la tecnología facilita la escucha organizacional y la simplifica, pero los datos que se obtienen de ella para que tengan valor, deben provenir desde la intervención humana y no simplemente a través del análisis de una máquina. Existe la tentación de decir que se escucha a nivel institucional, pero si esa información que recibimos de la inmensidad de datos no es trabajada, analizada y es utilizada en una estrategia de comunicación adecuada que genere diálogo con el público no sirve de mucho.

En tercer lugar, las preguntas pertinentes sobre cómo lo estamos haciendo y qué falta por mejorar en la relación con los públicos las realizan mejor las personas que las máquinas, ya que los humanos, más que los avances de la tecnología son quiénes se cuestionan y plantean las dudas frente a casos concretos, reflexionan y utilizan la “razón y corazón”.

También es interesante considerar que la inteligencia artificial requiere de fuentes variadas, de modo de poder crear patrones predictivos. Esto confirma la pertinencia de análisis del entorno y de la sociedad, hechos de forma permanente por quiénes se dedican a la comunicación de las instituciones. Y para hacer esto se requiere de conversaciones, de relaciones, de mirar comportamientos y sobre todo de escucha entre las personas.

Entre los datos que se tienen en comunicación corporativa se visualizan dos grandes usos: en el trabajo de marcas el 72% es más propenso a decir que usan IA para elaborar presentaciones en comparación con las agencias de comunicación que lo hace en 55% de las ocasiones. Mientras que los encuestados de agencias de comunicación (32%) son más afines a decir que usan IA para la estrategia y planificación en comparación con las marcas (19%) (the State of AI in PR 2023 report).

La comunicación en tiempo de revolución tecnológica debe construirse sobre la base de la confianza y la transparencia de modo que la organización pueda conectar con sus públicos. Como se señala “menos es más”. Al comunicar es mejor la simpleza, la información directa que permite al público entender de qué se está hablando.

Desde la sencillez, el mensaje puede influir de mejor manera y esto cobra relevancia ya que la inteligencia artificial nos abruma y aplasta de información.

Tras las ideas comentadas parece ser que no todo es ”palabra de robot”, sino que como en variados ámbitos de la vida humana, la persona a través de su trabajo y mediación siguen siendo fundamentales a la hora de plantear una estrategia adecuada -en este caso- para comunicar.