Lunes 2 de Diciembre de 2019

Los futuros profesores admiran e imitan las buenas prácticas de sus mentores

La alumna de Pedagogía Básica, Antonia Hola, considera que se transformó en su rol de docente y pudo empoderarse gracias al acompañamiento y la práctica constante que le brindó su mentora María Jesús.

En el Colegio San José de Lampa, de la Fundación Astoreca, se puede ver a nuestra alumna de Pedagogía Básica (PED) UANDES, Antonia Hola, liderando la clase del tercero básico A. Los alumnos la siguen con la mirada y levantan la mano para contestar sus preguntas. Desde atrás, con ganas de también levantar su mano para participar, la observa su mentora, María Jesús Sims, con sonrisas de aprobación y ojos de orgullo. “Me emociona ver cómo los niños se muestran así de motivados y felices de aprender con Antonia. Sus clases son muy entretenidas”, confiesa su mentora.

Para Antonia, el apoyo que le brindó María Jesús durante su práctica profesional marcó un antes y un después en su formación. “La Jesús me apoyó durante todo el año, facilitándome el espacio para poder participar de forma activa adentro y afuera de la sala de clases. Siempre dándome el lugar de profesora al frente de los alumnos, para que fuera valorada como una docente y no simplemente alguien externo que venía hacer una práctica, gracias a eso pude tener una gran relación con los alumnos”, reconoce Antonia.

La alumna cree que lo que marcó la diferencia fueron las retroalimentaciones semanales que le entregaba María Jesús, quien resaltaba sus fortalezas y la ayudaba con sus áreas de mejora. Pero Antonia no fue la única que se vio favorecida gracias a esta alianza entre ambas, ya que para su mentora fue un verdadero apoyo tenerla en su sala de clases. “Me ayudaba a mantener a los alumnos trabajando, y me apoyaba con rutinas, como repartir guías, hacer monitoreo del trabajo de los niños para analizar quiénes presentaban dificultades. Incluso realizó carteles que estuvieran relacionados con los contenidos que más le costaban a los niños”, destaca María Jesús.

Antonia asegura que María Jesús fue un excelente modelo pedagógico para ella y le encantó ver la alineación entre lo que su mentora hacía y los contenidos y habilidades que aprendía en la Universidad de los Andes. “Lo que yo estaba aprendiendo, la Jesús lo podía aplicar de forma natural y fluida y no por querer demostrarme a mí el buen modelo que era, sino que porque simplemente era su forma de enseñar a los niños. Y realmente era efectiva”, confiesa la alumna.

María Jesús se emociona al pensar en cómo creció su alumna en práctica durante el año escolar, considera que su progreso fue transformacional. “Si tuviéramos que comparar lo que era al principio y cómo es ahora, Antonia demostró una vuelta en 180 grados. Ella comenzó muy tímida en sus clases, pero gracias a su perseverancia y afán de superación, avanzó día a día para lograr ser una gran profesora”, relata María Jesús, quien destaca el esfuerzo que ponía la alumna por mejorar en distintos aspectos de gestión de aula y rigor académico, logrando generar buenos resultados en sus intervenciones y clases.

Nuestra alumna de Pedagogía Básica UANDES agradece la experiencia de haber podido realizar su práctica en el Colegio San José de Lampa, dado que allí tuvo la oportunidad de desarrollarse profesionalmente. “En el colegio aprendí técnicas, formas de enseñar, cómo resolver conflictos y cosas que solo se pueden aprender en un buen centro de práctica. El colegio estaba muy alineado a lo que el programa de Práctica Profesional de la Universidad de Los Andes estaba apuntando, por lo que fue fácil poder integrarme en la sala de clases y participar de forma activa en esta”, cuenta Antonia, quien agradece a su mentora y a toda la comunidad escolar del centro de práctica que la acogió.

María Jesús cuenta con una sonrisa en su cara que al observar a Antonia se da cuenta de detalles en los que ve que se han mimetizado. “Al verla hacer su clase, vi un pequeño clon mío haciendo clases. Me dió mucha risa, ya que usaba hasta muletillas que de repente tengo haciendo clases. Ahí me dí cuenta lo importante que es ser un buen modelo día a día en la sala de clases, ya que esta observación diaria es un gran momento de aprendizaje para los futuros profesores”, relata.

Para finalizar, María Jesús considera que gran parte del progreso de Antonia, se debe a la buena acogida que siempre demostró ella a sus retroalimentaciones, ya que siempre se mostró dispuesta a aprender y a practicar sus clases en caso necesario.