Entre el 22 y 30 de octubre se presentó en la Universidad de los Andes el musical “Cenicienta, pasión gitana”, una adaptación original que re imaginó el clásico cuento desde una mirada vibrante y culturalmente intensa.
La obra realizada por la Academia de Artes Escénicas (ADAE) contó con la dramaturgia de Felipe Castro Fones y dirección artística de Florencia Contreras. La dirección musical y coaching vocal estuvo a cargo de Julián Hornig, y la dirección coreográfica fue realizada por Trinidad Mackenna.
Trinidad Echeverría, estudiante que interpretó a Arabia, la Madrastra de la Cenicienta, cuenta que el musical es una instancia especial de desarrollo: “Para mí el musical de la universidad es una instancia muy especial, ya que me ayudó desarrollar capacidades artísticas completamente distintas a las que puedo obtener en mi carrera. Asimismo, el equipo de dirección ayuda que este proyecto tenga un acercamiento a lo profesional, ellos traen su experiencia y nos enseñan a desarrollarnos en el escenario”. Y agregó que “los tres años que llevo en la ADAE han sido una experiencia maravillosa. Siempre es un gran desafío, pero al mismo tiempo una gran felicidad el participar en este hermoso proyecto. Este año, sobre todo, ha sido un gran reto para mí. Meterse en los zapatos de la villana no siempre es fácil, pero sí es muy revelador. Tuve que aprender a tener una presencia firme, más confianza en mí misma y una mirada mucho más amplia de lo que significa interpretar a un personaje. Fue muy interesante explorar el desarrollo de un personaje más oscuro, pero al mismo tiempo, muy humano, y poder transmitirle esto al público”.
Por su parte, Santiago Rojas, estudiante de Medicina que interpretó al Príncipe también destaca el nivel profesional de la ADAE: “Lo que más destaco de mi experiencia en la ADAE es el altísimo nivel de cada uno de los integrantes del equipo de dirección. Todos ellos no solo son maestros en sus respectivas áreas, sino que también son excelentes docentes de las artes. La entrega y disposición que demuestran en este proyecto permiten que los integrantes del elenco —todos provenientes de distintas carreras y con trasfondos artísticos muy diversos— se acerquen a las artes escénicas desde una mirada de verdadero profesionalismo. Sumado a esto, creo que uno de los grandes regalos que me ha entregado la ADAE es ver cómo las aptitudes artísticas, tanto mías como de mis compañeros, se potencian al máximo, sin importar el rol que nos toque asumir en la obra”.
Respecto al personaje del Príncipe, Santiago Rojas, señaló que “fue un gran desafío, especialmente desde el punto de vista actoral y musical. Además, considerando que este es, por ahora, mi último año participando en el musical, haber tenido la oportunidad de interpretar un protagónico por primera vez cobra un sentido aún más especial para mí”.
Pablo Flores, productor general de la obra, manifestó que “lo que destaco de la obra es la innovación en el personaje femenino de una historia clásica como Cenicienta, adaptándolo a un lenguaje actual y acompañado de música cercana. Esto permitió que tanto los alumnos del elenco como el público conectaran con el personaje y empatizaran con su historia. Otro aspecto relevante de este montaje fue la puesta en valor de las tradiciones gitanas, que enriquecieron la narrativa y aportaron profundidad cultural a la propuesta escénica”.