El conversatorio intentó contestar de qué manera se puede contribuir desde el sistema escolar a disminuir la violencia en los establecimientos educacionales.
La violencia que hemos visto en algunos establecimientos educacionales, tanto nacionales como internacionales ha llevado a plantear las preguntas de cómo el sistema escolar está operando y de qué manera se puede contribuir desde él para que estas situaciones ya no ocurran. Con la intención de contestar estas interrogantes, la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes realizó un nuevo EncuentrosxChile.
En la conversación titulada “Formación socioemocional de profesores. ¿Por qué y Para qué?” participaron Lilia Concha, directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación; Carolina Iturra, decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Talca, y Jorge Gaete, académico de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, quienes fueron moderados por Andrea Pardo, directora de la carrera de Pedagogía Básica de la UANDES.
En su intervención, Jorge Gaete aclaró que la violencia escolar es un fenómeno multifactorial y uno de los elementos que se debe tener en cuenta es la labor del contexto escolar para poder promover conductas saludables y al mismo tiempo prevenir ese tipo situaciones.
Expresó que las interacciones entre el contexto de aprendizaje, que tiene que ser seguro, cuidado, apoyador, participativo y que también debe involucrar un buen manejo de las relaciones que se generan en ese contexto de aprendizaje; más el desarrollo socioemocional de los profesores y de los propios estudiantes deben ir dando las luces para ir mejorando el ambiente en el que se da el proceso educativo y que los estudiantes tengan un mejor desarrollo.
Carolina Iturra expuso el tema de la presión que hoy tiene la profesión docente, asegurando que es, junto con la de Enfermería, la que más sufre niveles de estrés, ansiedad y burnout, ya que debe hacer frente no solo al quehacer intra-escuela, sino también a la percepción y a las expectativas que tiene la sociedad frente a ella. “Hay que repensar la forma en que estamos formando a los profesores, las exigencias sobre esta formación y los apoyos reales que como sociedad y sistema escolar podemos brindarle a cada uno de los actores”, agregó.
Para Lilia Concha, las políticas públicas deben apuntar a que la escuela vuelva a ser un espacio de protección, característica que con la pandemia dejó de tener y un lugar para la formación integral, donde también se enseñen emociones. “Desde hace algún tiempo se ha recuperado el mandato sobre esta materia y se ha tomado la idea de formar en educación emocional. El problema es que nos hemos demorado en formar a los profesores que deben entregar esta formación. Ellos son los que deben tener condiciones para poder cuidar y contener a sus estudiantes”.
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