El miércoles 22 de octubre se realizó el encuentro anual del Centro Signos de la Universidad de los Andes, una instancia para presentar los principales avances del último año y dialogar sobre los desafíos de investigación y proyección pública del centro. La actividad tuvo lugar en el Espacio Andino del Edificio Biblioteca y reunió a cerca de 100 asistentes.
El encuentro comenzó con las palabras de Juan Ignacio Morandé, director de Avance Institucional, quien dio la bienvenida a los participantes. Luego, el director del Centro Signos, Daniel Mansuy, se refirió al trabajo desarrollado durante el último año y destacó la creación del nuevo Doctorado en Estudios Políticos y Sociales, que comenzará en marzo de 2026.
El programa busca formar investigadores capaces de analizar los fenómenos sociopolíticos contemporáneos con rigor teórico, pluralidad metodológica y un enfoque interdisciplinario que integre las ciencias sociales, las humanidades y la filosofía. Tendrá un especial énfasis en los desafíos de Chile y América Latina, y promoverá investigaciones originales con impacto académico y público.
Durante su intervención, Mansuy también valoró los logros académicos de los investigadores del centro, destacando que Francisca Echeverría y Matías Quer obtuvieron recientemente su grado de doctor, consolidando el desarrollo académico del equipo de Signos.
Posteriormente, Francisca Echeverría presentó la Memoria Anual, en la que se destacó el amplio trabajo realizado en materia de publicaciones, coloquios, seminarios y proyectos de investigación, junto con una sostenida presencia en medios de comunicación durante los últimos años.
Durante el encuentro se subrayó la intensa labor de diálogo que ha desarrollado el centro, tanto en el ámbito académico como público, y la importancia de continuar promoviendo espacios de reflexión interdisciplinaria en torno a temas sociales y culturales.
La jornada concluyó con un coloquio sobre la eutanasia, en el que participaron Daniel Mansuy y Manfred Svensson, director del Instituto de Filosofía. La conversación abordó cuestiones como el consentimiento y las presiones sociales que pueden influir en las decisiones sobre el final de la vida; la evolución cultural de las justificaciones para dar muerte (defensa propia, guerra justa o pena de muerte); y los desafíos éticos que plantea la ampliación de esas categorías bajo los argumentos de autonomía y compasión.
Los expositores también reflexionaron sobre la “pendiente resbaladiza” que muestran las experiencias internacionales, donde las causales para acceder a la eutanasia se han ampliado con rapidez, y sobre los efectos que estos cambios pueden tener en la práctica médica y la formación profesional.