El congreso favoreció el encuentro y la colaboración entre instituciones educativas, fortaleciendo las redes que promueven la identidad y misión de la educación católica, atendiendo asimismo el interés del CER por atender las necesidades de los profesores de religión de todo Chile.
En el marco del Año Jubilar 2025, convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”, el Centro para la Enseñanza de la Religión (CER) de la Universidad de los Andes, junto a la Vicaría de Educación de la Diócesis de Villarrica, llevó a cabo el II Congreso de Educación Católica, titulado “Maestros, constructores de esperanza”.
Esta instancia formativa, que buscó renovar la vocación docente desde una mirada cristiana, promoviendo la esperanza como fuerza que inspira, transforma y da sentido a la misión educativa, se realizó el sábado 11 de noviembre en el Colegio Padre Hurtado de Villarrica, congregando a más de 300 profesores de religión y docentes de colegios de orientación católica de la diócesis.
El programa incluyó ponencias y talleres que abordaron los desafíos actuales de la educación católica en sintonía con el espíritu jubilar, que invita a la Iglesia a un tiempo de renovación interior y compromiso misionero.
Las exposiciones estuvieron a cargo de destacados académicos de la Universidad de los Andes: el Pbro. Juan Irarrázabal, con la charla “Los jóvenes y la esperanza”; la profesora María Isabel Lemaitre Palma, con “Esperanza y Educación”; y el profesor Antonio Amado Fernández, con “La esperanza y el Reino de Dios”.
Además de las reflexiones académicas, el congreso favoreció el encuentro y la colaboración entre instituciones educativas, fortaleciendo las redes que promueven la identidad y misión de la educación católica en la Diócesis de Villarrica, atendiendo asimismo el interés del CER por acompañar y atender las necesidades de los profesores de religión de todo Chile.
La directora del CER, Sofia de León, destacó el sentido profundo de la vocación docente y la centralidad de la esperanza en la tarea educativa: “Ser maestros de esperanza significa creer que Dios camina con nosotros y sostiene nuestra tarea educativa cada día.”