El filósofo Stephen Darwall, académico de la Universidad de Yale y reconocido por el desarrollo de la teoría del “punto de vista de la segunda persona”, presentó la conferencia “Actitudes del corazón y reconciliación social”, en una actividad organizada por el Centro Signos y la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Alejandra Carrasco.
En su exposición, Darwall abordó la evolución de su pensamiento filosófico, subrayando que muchos conceptos morales solo adquieren pleno sentido en contextos propiamente interpersonales, cuando una persona se dirige a otra para pedir razones, dar explicaciones o formular reclamos. Desde esta perspectiva, sostuvo que las relaciones humanas se comprenden no solo a partir de obligaciones normativas, sino también desde los vínculos afectivos que las sostienen.
A partir de su libro The Heart and Its Attitudes, publicado en 2024 por Oxford University Press, el filósofo distinguió dos grandes dimensiones de la vida moral. Por una parte, las actitudes deónticas —como el deber, la obligación o la culpa—, que operan desde la voluntad y estructuran las exigencias normativas. Por otra, las llamadas actitudes del corazón —como el amor, la gratitud, la confianza o el remordimiento—, que nacen de la vulnerabilidad afectiva y abren espacios de encuentro sin imponer exigencias.
Darwall destacó que gran parte de nuestra vida cotidiana transcurre precisamente en este registro emocional, que resulta esencial para la profundidad de las relaciones. A diferencia de las normas, las actitudes del corazón no exigen una respuesta, sino que invitan al otro a acogerlas. Experiencias como agradecer, sentirse herido o pedir perdón, aunque no normativas, permiten construir vínculos que no pueden generarse únicamente a través de reglas o deberes.
En este marco, el filósofo abordó también la diferencia entre culpa y remordimiento. Mientras la culpa se relaciona con el autorreproche por haber obrado mal, el remordimiento corresponde al dolor del corazón por el daño causado, con independencia de la responsabilidad moral. Este último, señaló, abre un espacio emocional que favorece la reparación de las relaciones más allá de los marcos estrictamente jurídicos o institucionales.
Durante la discusión final, Darwall reflexionó sobre las implicancias de estas ideas para los procesos de reconciliación social en contextos de conflicto. Si bien las normas, los derechos y las obligaciones resultan indispensables para la vida en común, sostuvo que la sanación profunda de los lazos sociales requiere también vulnerabilidad, disposición a compartir el dolor y apertura a la respuesta del otro. En ese plano, actitudes como la gratitud, la confianza y el remordimiento adquieren un papel decisivo en la reconstrucción del tejido social.