El académico Juan Sotes, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, estudia cómo los mecanismos de remuneración y evaluación afectan las decisiones de inversión de fondos mutuos y de pensiones, y su impacto en la formación de precios y la volatilidad de los mercados.
El académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Juan Sotes, investiga cómo los incentivos y restricciones que enfrentan los grandes inversores profesionales -como los fondos mutuos y los fondos de pensiones- influyen en sus decisiones de inversión y cómo éstas repercuten en la estabilidad de los mercados financieros.
El docente estudia cómo las respuestas de los inversores profesionales al benchmarking -mecanismo que evalúa el desempeño en comparación con índices de referencia del mercado- interactúan con las percepciones y emociones de los inversionistas minoristas. La investigación plantea dos tareas principales: desarrollar un modelo teórico que permita derivar predicciones novedosas y luego contrastarlas con datos reales. “Un aspecto interesante que hemos encontrado es que, analizados por separado, ciertos tipos de emociones llevan a los inversores minoristas a tomar decisiones similares a las inducidas por el benchmarking en los inversores profesionales. Sin embargo, cuando interactúan, estas decisiones pueden generar dinámicas completamente opuestas a las esperadas, ayudándonos a explicar aspectos de los mercados actualmente considerados como puzles”, explica el académico.
El trabajo de Sotes cuenta con el respaldo de un Fondecyt Regular titulado “Remuneración atada a desempeño en la gestión de carteras financieras: Incentivos explícitos e implícitos, toma de riesgos y desempeño”. Este proyecto analiza la relación entre desempeño y remuneración de los gestores profesionales, aspecto poco explorado debido al carácter privado de sus contratos. Para ello, el académico y su equipo disponen de una base de datos única con información sobre más de 1.800 fondos de inversión europeos que aplican comisiones ligadas a desempeño y cerca de 37.000 fondos adicionales que no lo hacen, en un periodo de diez años. Estos registros permiten caracterizar los incentivos directos e indirectos que enfrentan los gestores, y cómo influyen en sus decisiones y resultados de inversión.
La motivación de Sotes por investigar los incentivos financieros se remonta a sus años de doctorado en Estados Unidos, en plena crisis financiera global de 2008. “Uno de mis profesores en la University of Southern California (Estados Unidos) era experto en diseño de incentivos para ejecutivos corporativos, y nos enseñaba que los problemas no se reducían a malas decisiones individuales, sino que estaban profundamente ligados a cómo estaban diseñados los sistemas de compensación, las reglas de juego y las presiones de corto plazo. Desde entonces, me propuse estudiar con rigor académico cómo estos incentivos se traducen en decisiones de inversión y, en última instancia, en estabilidad o inestabilidad financiera”, señaló.
Los hallazgos de esta línea de investigación tienen un impacto directo en el diseño de políticas de estabilidad financiera. “Nuestros resultados ayudan a explicar por qué los mercados parecen menos volátiles en períodos de optimismo y más frágiles en épocas de pesimismo. Entender que esta relación entre sentimiento e inestabilidad es asimétrica puede ayudar a reguladores, bancos centrales y gestores de inversiones a tomar mejores decisiones”, afirma Sotes.
Asimismo, su trabajo aporta al debate sobre el rol de las instituciones financieras, que no solo pueden corregir desequilibrios, sino también amplificar problemas o contribuir a mitigarlos. En definitiva, la investigación busca generar condiciones más estables y eficientes para la inversión de los ahorros de las personas.
El proyecto cuenta con la colaboración de académicos de universidades en Chile, Australia y Canadá, lo que le otorga un carácter internacional y multidisciplinario.
Paralelamente, Sotes participa en otros proyectos enfocados en la remuneración variable en la industria financiera, un tema de amplio debate a nivel mundial. Mientras sus defensores sostienen que este esquema incentiva el máximo esfuerzo y mejores rendimientos, sus críticos advierten que fomenta la toma de riesgos excesivos que pueden tener consecuencias negativas para los inversionistas y la estabilidad del sistema.
Con los datos de fondos europeos recolectados para el Fondecyt, el equipo busca arrojar nueva luz sobre este debate, analizando cómo el equilibrio entre incentivos de corto y largo plazo afecta el desempeño y el riesgo de las carteras. Resultados preliminares muestran la importancia de considerar simultáneamente incentivos directos -como comisiones actuales sobre activos gestionados- e indirectos, vinculados a activos futuros, para identificar correctamente estos efectos.