José Tomás Alvarado, doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra y licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile, se suma al cuerpo académico del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes.
Su investigación se ha desarrollado principalmente en el ámbito de la metafísica analítica, con especial atención en lo que concierne a metafísica de propiedades. Durante los últimos quince años, se ha centrado en el desarrollo de una concepción de universales ‘platónicos’ –esto es, de propiedades universales que no dependen de poseer instanciaciones para existir–, así como sus implicaciones para las leyes naturales, el espacio de posibilidades metafísicas, la estructura de los objetos concretos particulares y el contenido del pensamiento y el lenguaje.
Más recientemente ha estado ocupado en la cuestión sobre la coherencia de una ontología de este tipo con la suposición de que toda la realidad (finita) depende de Dios, lo que exige re-concebir la naturaleza de los universales de un modo muy radical.
Actualmente participa en un proyecto Fondecyt sobre sobre la naturaleza de la explicación metafísica por la que se relevan relaciones de prioridad ontológica, así como el principio de razón suficiente de acuerdo con el cual todo tiene un fundamento. También, en un proyecto interdisciplinario del Centro de Bioética de la Pontificia Universidad Católica de Chile sobre el uso de inteligencia artificial para la ingeniería genética. Asímismo, es parte de un grupo interdisciplinario formado por la Vicerrectoría de Investigación de nuestra Universidad sobre cuestiones de familia y sociedad.
En el ámbito docente, este semestre dicta un seminario de pregrado sobre Tópicos de filosofía analítica de la religión, centrado en las propuestas de Alvin Plantinga y Richard Swinburne en torno a la existencia de Dios y el problema del mal. Además, en enero ofrecerá un curso de doctorado sobre identidad personal y ontología de la persona.
Sobre lo que lo motiva en la enseñanza, Alvarado comenta:
“Me entusiasma lograr que mis alumnos comprendan cuestiones filosóficas importantes. Muchas veces siento que mi tarea consiste en allanar un camino: aquello que a mí me ha tomado años entender, hacerlo accesible a otros con mayor facilidad”.