A lo largo de la historia, muchas mujeres debieron enfrentar enormes dificultades para salir del espacio doméstico y explorar el mundo. En contextos donde la educación femenina era mínima y las expectativas se limitaban al cuidado del hogar, surgieron mujeres que, movidas por un espíritu viajero, científico y artístico, encontraron diversas estrategias para hacerse un lugar: algunas se vistieron de hombres, otras ingresaron a órdenes religiosas, y otras viajaron acompañando a sus maridos en expediciones. Gracias a su determinación, pudieron observar, registrar y transmitir conocimientos sobre la naturaleza, los paisajes y las sociedades de su tiempo.
