Martes 11 de Agosto de 2020

Ciclo de encuentros virtuales organizado por Conferencia Episcopal de Chile y Editorial Santillana convocó a 1600 profesores

La académica de Pedagogía Media en Religión Católica UANDES Solange Favereau, participó con el tema "La dimensión pedagógica de la EREC 2020 y formación en habilidades del siglo XXI".

Solange Favereau, directora del Programa de Pedagogía Media en Religión Católica UANDES, participó en el ciclo de encuentros virtuales de formación y enriquecimiento en el nuevo programa de Enseñanza Religiosa Escolar Católica (EREC 2020), organizado por el Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile junto a Editorial Santillana. En esta instancia participaron 1.600 profesores de religión países como Argentina, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En nuestro país, asistieron educadores de Arica, Iquique, Antofagasta, Ancud, Talcahuano, Padre las Casas, Paredones, Padre Hurtado, Machalí, Chillán, Constitución, Petorca, Chol Chol, Traiguén, Ancud, Petorca, Punta Arenas y Coyhaique. El tema expuesto por la académica fue “La dimensión pedagógica de la EREC 2020 y formación en habilidades del siglo XXI”.

La exposición abarcó los principales lineamientos pedagógicos de las nuevas Bases Curriculares, desde el análisis de un currículum prescrito en objetivos de aprendizaje, el planteamiento de las preguntas esenciales y que promueven la indagación y la profundización en ciertos contenidos como principios, teorías y conceptos, el desarrollo de pensamiento crítico, la colaboración, creatividad e innovación.

La charla terminó con el mensaje del Papa Francisco en que hace una importante invitación a los profesores: “Solo cambiando la educación, se puede cambiar el mundo. Para hacer esto es necesario las siguientes sugerencias: hacer red, no dejarse robar la esperanza y buscar el bien común. Hacer red significa también poner juntos los saberes, las ciencias y las disciplinas, para afrontar los desafíos complejos con la interdisciplinariedad. Significa crear lugares de encuentro y de diálogo dentro de las instituciones educativas, promoviéndolas hacia afuera, para que el humanismo cristiano contemple la universal condición de la humanidad de hoy. También significa hacer de la escuela una comunidad educadora en la cual los docentes y los estudiantes no estén relacionados solo por un plan didáctico, sino por un programa de vida y de experiencia, en grado de educar a la reciprocidad entre las diversas generaciones”. (Francisco a los Docentes, 2018).